La televisión ha mostrado las imágenes de un supuesto inspector de la SGAE (Sociedad General de Autores de España) que fue agredido cuando iba a cobrar a unos feriantes el canon musical. La SGAE sostiene que el presunto recaudador no era, en este caso, de su plantilla; pero cierto o no los hay a millares por ahí.
La SGAE, ligada y protegida por el Partido Socialista, que la ha convertido en reina de la recaudación en España por derechos de autor, de reproducción, etcétera, ha sido muy cuestionada últimamente. Nos preguntamos cuánto tendría que pagar la SGAE, como recaudadora de esos derechos, a los medios de comunicación audiovisuales que promocionan a su propia costa a tantos cantantes, cómicos, actores, etcétera, a través de la música, las entrevistas, reportajes de todo tipo y espacios ocupados en estos medios.
¿Por qué una parte cobra y la otra paga, si una emisora de radio, por ejemplo, emite discos de cantantes que luego engordan sus derechos cuando el público los consume? ¿No vale nada esta promoción? Hay que hacer notar que la Sociedad General de Autores cobra por los aparatos reproductores, por los CD y DVD, por todo. Y ha ganado pleitos, pleitos millonarios a comerciantes y fabricantes de estos productos. ¿Y las emisoras de radio? ¿No tienen derecho a cobrar a los artistas por elevar sus ventas?
El Partido Socialista protege a Eduardo, Teddy, Bautista, un señor de Las Palmas que formó parte de Los Canarios, el mejor conjunto de rock y melódico de su época -recordamos con agrado muchas de sus canciones, en especial aquella dedicada a Otis Redding-. Bautista es de esa élite artística que apoya al PSOE porque sabe que el partido le cobija, a él y a sus intereses. La SGAE, que últimamente se dedica a comprar palacetes y a restaurarlos, tiene atemorizado a todo el mundo: a las peluquerías, al sector del taxi ¡porque los pasajeros escuchan la radio!, a los novios en las bodas y a los padres de los niños en los bautizos y en las primeras comuniones; falta que le cobren a los muertos en los entierros, si toca la banda de música. Y también a las cofradías de la Semana Santa.
Todo hace indicar que la SGAE ha ido demasiado lejos, que todo tiene un límite, que es preciso regular su actividad y que también sería bueno compartir no sólo con los autores sino con quienes difunden su música los beneficios de esa producción.
A FONDO ROGER
Fuente: www.eldia.es
